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Nuestro pueblo:

Gumiel de Izán tiene un rico pasado que se remonta como minimo a la epoca romana. 

La vía romana Clunia-Astúrica pasaba por el término y de ese paso aún quedan dos puentes romanos de la época: el de San Pedro y el de San Antonio, sobre el río Gromejón.

El primer documento histórico donde se cita Gumiel de Izán data del 1042. La influencia árabe en toda la zona y en Gumiel de Izán fue muy importante hasta mediados del siglo XV. De esta época han quedado algunos testimonios topográficos, interiores del Castillo, bodegas y galerías. Lo más probable es que Izán provenga del nombre del primer señor de la villa hacia 1066.

Fue declarada Villa Real en 1326 por el rey Alfonso XIII el Justiciero y confirmados sus privilegios por su hijo el rey Pedro I el Cruel, en 1335. El privilegio original se conserva aún y su contenido figura transcrito en el «Libro Becerro» en el Archivo Histórico Municipal, al igual que otros escritos de gran interés, es de un valor incalculable. Gumiel de Izán estaba totalmente amurallada con cinco puertas de acceso y poseía un torreón o fortaleza con galerías subterráneas. Sin poder precisar el origen de su construcción, se sabe que en 1464 ya estaba construida esta fortaleza.

A día de hoy tiene una población censada (2011) de 636 habitantes.

 

Nuestra cofradía:

Nuestra cofradia nace en 1726. Una de nuestras mayores señas de identidad es el descenso y el Ví Crucis con el Cristo articulado, que ha sido objeto de una restauracion en el año 2012.

La Cofradía quiere agradecer a todo el pueblo de Gumiel, vecinos y amigos y a los propios cofrades la dedicación y colaboración económica mostrados durante todo el proceso de restauración. Y agradecer por su trabajo a Fénix Conservación S.L.

Una de las maravillosas obras de arte que custodiamos es el retablo de la Virgen Dolorosa


 

Historia:

La Cofradía de la Esclavitud ha desempaño una función de brillantez y lustre en la Semana Santa gomellana, donde desfilan sus cofrades en la procesión del Viernes Santo.

En el Archivo parroquial se conserva abundante documentación de nuestra cofradía, con 300 años de historia. Existen siete legajos, entre los que se incluye el libro fundacional, desde antes de 1750, e incluso algunos del año de su fundación, 1726.

El libro fundacional empieza con el nombre del fundador de la cofradia: Don Alfonso de Villanueva, Beneficiado en propiedad de la parroquia de Gumiel de Izan y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición, quien costeó el sepulcro-retablo de la Dolorosa, donde radica la cofradía, así como otros instrumentos de la Pasión.

La primera función tuvo lugar el 19 de Abril, Viernes Santo de 1726 y predicó el Padre Fray Antonio de San José, predicador apostólico.

En el libro fundacional se recogen las reglas que rigen la cofradía, entre otras:

1º: Que solamente pueden pertenecer a la cofradía de la Esclavitud 50 hombres seglares y los eclesiásticos que hubiere hijos de vecinos de la villa, no otros, excepto el señor cura y Beneficiados de esta iglesia que en propiedad sirvieron en sus beneficios.

2º Que haya un abad, un alcalde, dos mayordomos y un escribano.

*si desea conocer mas sobre las reglas de la cofradía puede consultar nuestros estatus en la sección "Identidad"


He aqui una lista de los cofrades eclesiásticos el año de la fundación de la cofradía:

D. Diego Sanz Costalago, cura de la Iglesia

D. Alonso de Villanueva, fundador de la cofradía y natural de Gumiel

D. Francisco Alcalde, beneficiado de Gumiel

D. Pedro Beyol Medina

Lic. D. Francisco Alosanz de Villanueva.

D. Juan Arranz

D. Nicolas de Ontoria

D. Francisco Nuño.

D. Simon de Santo Domingo

D. Blas de Esteban Esteban

D. Pedro de la Peña

D. Alonso Arroyo Muñoz

D. Ignacio Barahona

D. Felipe Herrera Villanueva


Los gomellanos han sabido mantener y transmitir estas vivas tradiciones de generación en generación, adaptándolas a la liturgia y religiosidad de los tiempos modernos. Resurge en la actualidad la vitalidad de otrora y su permanencia merece un grande elogio.


El retablo de la Dolorosa

El retablo lateral de la Virgen de la Soledad fue ejecutado en el siglo XVIII en estilo barroco. Su alzado se organiza en banco, cuerpo de tres calles y remate.

El banco se encuentra básicamente decorado con elementos típicos barrocos como rocallas y hojarasca y en él se sitúan cuatro ménsulas sobre las que se asientan los elementos sustentantes del retablo. En la calle central destaca la imagen de un Cristo yacente articulado cuya fecha de ejecución es anterior a la del retablo pudiendo datarle hacia el siglo XVII. La imagen representa un Cristo muerto, de rasgos hieráticos, sin movimiento alguno, a excepción de una ligera inclinación de la cabeza sobre el hombro derecho. El rostro muestra lo que podemos denominar “pathos”, la boca y ojos aparecen entreabiertos. El tronco es trapezoidal, estrechándose por la cintura, tiene las costillas y caderas muy marcadas y la herida abierta de la lanza en el costado derecho. La carnación, de un tono ocre verdoso, aparece lacerada pero no muy ensangrentada a excepción de la herida del costado. Técnicamente podemos observar que se trata de una escultura exenta, tallada en madera de pino y aparejada a la manera tradicional a partir de yeso mate (sulfato cálcico) y cola animal. La policromía de la talla parece haber sido realizada al óleo.

El cuerpo del retablo queda divido en tres calles por cuatro columnas con elementos decorativos adheridos al fuste. La calle central la preside la imagen vestidera de la Soledad. Muestra en su rostro un dolor contenido e interiorizado con las manos unidas en actitud oracional y vestida de negro. A menudo la imágenes de la Dolorosa y la Soledad se confunden, sin embargo, la Dolorosa no suele vestir de negro y su actitud representa un gran desgarramiento mostrando sobre su pecho un corazón traspasado por puñales, es decir, la Dolorosa aparece representada justo en el momento de la Pasión, mientras que la Soledad nos muestra el momento posterior.

En el ático encontramos dos estípites como elementos sustentantes y está rematado por un frontón quebrado rematado por los típicos elementos decorativos barrocos. En la parte central observamos un relieve, de muy buena factura, que representa la imposición de la casulla a San Ildefonso por parte de la Virgen María. La historia cuenta que la Virgen se le apareció a San Ildefonso durante una celebración en la iglesia para imponerle una casulla blanca en reconocimiento a la defensa que éste había hecho en sus escritos sobre la virginidad de María.  

San Ildefonso aparece en el centro de la composición, arrodillado frente a la Virgen que desciende para imponerle la casulla. A la izquierda de San Ildefonso un ángel ayuda a la Virgen con la imposición. Detrás tres ángeles contemplan la escena. A los pies del relieve figura el bastón o báculo y la mitra, símbolos de su dignidad obispal puesto que a la muerte de Eugenio II, arzobispo de Toledo, San Ildefonso se convirtió en el nuevo obispo.


 

El presente altar y retablo de la Soledad o Dolorosa infunde un gran amor en los gomellanos. Aquí proclamaban su fe los padrinos de los neófitos recitando el símbolo de Nicea y aquí finaliza el misterio de la cruz en la liturgia del Viernes Santo una vez concluida la procesión del Santo Entierro, durante la cual se recitan reiteradamente las estrofas inmemoriales de la Vía Sacra. 

"Vamos a la via sacra 

donde contemplaremos 

la dolorosa pasión

de Cristo Redentor nuestro"

El conjunto del retablo es barroco del siglo xviii con una decoración muy variada, pero buena; de un tamaño de unos 3x5 metros y se levanta sobre un altar de piedra.

La Virgen Dolorosa, que ocupa el centro, es de bastidor, sin mérito artístico que juntamente con el Cristo articulado para poder hacer el descendimiento y luego quedar en posición yacente en la hornacina-sepulcro son los dos pasos que infunden más fervor en los corazones gomellanos en la procesión del Santo Entierro. Velado por cuatro deliciosos angelitos —con los símbolos de la pasión— nos recuerdan los versos de la vía sacra gomellana:

"Quedó el cuerpo en el sepulcro
de ángeles acompañado,
y de su divinidad
de que nunca se ha apartado" 

Este Cristo yacente es una talla extraordinaria de tamaño natural, de la escuela de Valladolid, muy bien conservada y su cabeza está especialmente cuidada, que hace pensar en Gregorio Fernández, si bien debemos recordar que la talla es anonima.

Debemos resaltar también el relieve superior, que representa la aparición de la Santísima Virgen a San Ildefonso.

Tanto el altar como las imágenes fueron costeadas en el año 1726 por don Alonso Villanueva, Beneficiado en propiedad en Gumiel de Izán y Comisario del Santo Oficio de la Inquisición 


Anteriormente al retablo actual parece que hubo un retablo muy antiguo, situado en un nicho en el que, al parecer, radicaba la cofradía del Rosario según se deduce del siguiente texto del libro de dicha cofradía. "El presentado fr. Juan de Villodas, religioso profeso de la Orden de Predicadores, residente en el Convento de S. Pablo de Burgos de la misma Orden, y al presente estando en esta villa de Gumiel de Izán, usando de la facultad dimanada de la Santa Sede... por el presente decimos que, por cuanto nos consta que en la iglesia parroquial de la Asunción de María Santísima a los Cielos de esta villa, en un altar colateral de la nave del lado del Evangelio, de tiempo inmemorial a esta parte, está sita y fundada sobre dicha cofradía del Santo Rosario, lo cual consta así de su santa imagen y altar fabricados aposta para dicho efecto, como de sus procesiones y festividades, que siempre ha celebrado y celebra todo el pueblo cantando y rezando el santísimo rosario delante de dicha santa imagen, y altar con el concurso de la mayor parte del pueblo. Firmado en Gumiel de Izán a 18 de agosto de 1699. Fr. Juan de Villodas. Rubricado" 

Aún existen los restos del nicho-hornacina. El exterior estaba en ruinas y en el año 1978 se hundió y se levantó en el mismo plano que el muro de la iglesia.

Fuente:  D. Pedro Ontoria Oquillas, ilustre vecino de Guzmán de Izán


La restauración:

En el año 2012 se procedió a la restauración del retablo. Queremos agradecer a todos los gomellanos su ayuda y colaboración en este proceso.

En la imagen, en comparacion con la que se encuentra más arriba, se puede observar como los trabajos de restauracion han devuelto al retablo todo su esplendor.


Objeto:

Retablo lateral de la cofradía de la Esclavitud de la Iglesia parroquial de Gumiel de Izán (Burgos)

Advocación:

Virgen de la Soledad

Datación:

Obra realizada en el siglo XVIII.

Autor:

Desconocemos la autoría del retablo, si bien estilísticamente las trazas del mismo pertenecen al periodo Barroco.

Técnica de ejecución:

Realizada en madera pino, aparejada a la manera tradicional, policromada y dorada.

Localización:

Iglesia Parroquial de Gumiel de Izán, Gumiel de Izán (Burgos).

Propiedad:

Cofradía de la Esclavitud, Iglesia de Gumiel de Izán


El cristo yacente, el descendimiento:


En la noche del Viernes Santo, nuestra cofradía, fundada, lleva a cabo, desde 1726 con gran solemnidad la ceremonia del descendimiento, de gran vistosidad, pues constituye una oportunidad única de admirar la imagen articulada del Cristo yacente, suspendida de una cruz de gran tamaño, situada frente al altar mayor. El conjunto resulta de gran plasticidad.


La imagen ocupa la parte baja de la calle central de un altar lateral de la iglesia parroquial. El altar es propiedad de la cofradía y es conocido habitualmente como de la Soledad, por ser la imagen de la Virgen, bajo esta advocación, la que ocupa la parte central.


Aunque de autor anónimo, dados los rasgos que presenta esta imagen se cree que pudo pertenecer a la escuela de Gregorio Fernández, el gran imaginero vallisoletano, y en cualquier caso es anterior a la fundación de la cofradía.

Pedro Ontoria describe así la imagen:

"En la calle central destaca la imagen de un Cristo yacente articulado cuya fecha de ejecución es anterior a la del retablo pudiendo datarle hacia el siglo XVII. La imagen representa un Cristo muerto, de rasgos hieráticos, sin movimiento alguno, a excepción de una ligera inclinación de la cabeza sobre el hombro derecho. El rostro muestra lo que podemos denominar “pathos”, la boca y ojos aparecen entreabiertos. El tronco es trapezoidal, estrechándose por la cintura, tiene las costillas y caderas muy marcadas y la herida abierta de la lanza en el costado derecho. La carnación, de un tono ocre verdoso, aparece lacerada pero no muy ensangrentada a excepción de la herida del costado. Técnicamente podemos observar que se trata de una escultura exenta, tallada en madera de pino y aparejada a la manera tradicional a partir de yeso mate (sulfato cálcico) y cola animal. La policromía de la talla parece haber sido realizada al óleo."